Another Crab’s Treasure Review

Another Crab’s Treasure comienza con nuestro protagonista, Krill, viviendo en soledad y tranquilidad en su propia piscina cerca de la costa. El cangrejo ermitaño se ve perturbado por la llegada de un tiburón toy que básicamente le pide que pague el pizzo: al no tener nada que dar, Krill no sabe qué hacer y por eso le roban el caparazón que lo protege. Un cangrejo ermitaño sin caparazón, sin embargo, está condenado, por lo que nuestro hombre se pone en marcha para recuperarlo, encontrando un tenedor con el que luchar poco después. Así comienza nuestro viaje, que nos llevará a descubrir una vasta cultura submarina en la que un limo va corrompiendo la mente de los habitantes, volviéndolos salvajes. La historia de El tesoro de otro cangrejo nos pone en la piel de un antihéroe, una pequeña criatura que solo quiere recuperar lo que le fue arrebatado y no tiene ningún interés particular en hacer amigos, ayudar a los demás o descubrir lo que realmente sucede en el mundo.

Another Crab’s Treasure no es una historia fantástica de héroes y supervillanos, sino una historia que critica la contaminación, el capitalismo, el desinterés por los demás, todo con un tono ligero y varios personajes divertidos que, sin embargo, contienen una importante lección que se despliega a medida que avanzas. El soulslike de Aggro Crab sabe cómo hacerte sonreír y sabe cómo hacerte pensar, con una historia apta incluso para los más pequeños. El descenso hacia los temas más serios es rítmico y también lo transmite la ambientación: si en las primeras etapas nos encontramos en un lugar colorido y alegre, poco a poco las zonas se vuelven más sucias y oscuras y el sufrimiento de quienes viven en un mundo que hemos rechazado se hace más evidente. El propio Krill evoluciona, pasando de ser un niño temeroso a un guerrero que no quiere rendirse. Todo funciona: ciertamente no te emocionará de una manera particular, pero es un buen cuento de hadas que nos recuerda que todos podemos hacer algo para cambiar la situación.

Hablando de jugabilidad, Another Crab’s Treasure ofrece todos los elementos básicos que podrías esperar, usando más Sekiro que Dark Souls como referencia. La pieza central del juego es el caparazón, del que hay más de 50 variaciones. Cada objeto, ya sea una pelota de tenis, una lata o un guante de boxeo, tiene un valor de defensa, una cantidad de golpes que puede absorber antes de romperse y una habilidad ofensiva o defensiva que se activa consumiendo umami, básicamente puntos mágicos que se recargan luchando. La clave es que parar es imprescindible en Another Crab’s Treasure. Puedes esquivar y hay contraataques, pero el ritmo de la pelea es una mezcla de paradas y respuestas, ya que varias habilidades están relacionadas con la defensa, incluido un aumento en el poder de ataque. La falta de la barra de resistencia te anima a actuar de forma más agresiva, pero lo cierto es que hay que encontrar un punto medio entre la defensa y el ataque, también para poder aturdir a los enemigos: al igual que en Sekiro, hay una barra de equilibrio que se vacía si dejamos de atacar y que, si está llena, te permite voltear al enemigo e infligirle más daño.

Lo que debes esperar es un soulslike dinámico y divertido, con varias posibilidades de ataque entre combos de armas básicas y habilidades especiales. Hay que decir que a menudo basta con bloquear el golpe entrante y contraatacar, utilizando de vez en cuando el gancho de agarre para atraer a los enemigos hacia nosotros o lanzarnos hacia ellos. Cada área ofrece nuevos enemigos que siempre son diferentes, excepto en la fase final donde tiende a reciclar demasiado algunas ideas y, lo que es más importante, las únicas características nuevas son realmente molestas, como tener que moverse en la oscuridad o luchar contra enemigos que se pierden de vista. La zona final es la única que pierde puntos en términos de diversión. El propio equipo dice que el juego es demasiado grande y que fueron demasiado ambiciosos: ellos bromean, pero nosotros no. Another Crab’s Treasure se pasa de la raya en el final y para alargar la aventura propone una zona que tiene algunas ideas curiosas, pero que en general da la sensación de que la experiencia se podría haber acortado para mejorar el ritmo y evitar repeticiones. Y lo que es más importante, si has explorado bien el juego, llegarás a la última zona con todas las habilidades ya adquiridas y el equipo que encuentres es idéntico al que ya tienes, eliminando así cualquier sensación de asombro que hasta entonces surgía cada vez que encontrabas un objeto.

Sí, por supuesto, no estamos hablando de una zona que te empuje a abandonar el juego, sino de un apartado que se podría haber gestionado de una forma más astuta y que deja una ligera sensación de amargura tras una aventura en la que cada momento fue solo positivo, entre jefes únicos con mecánicas interesantes y zonas que no son excepcionales pero sí más que agradables de explorar. El diseño de niveles en particular nunca es original y, aparte de algunas secciones que son un poco más lineales, la mayor parte del tiempo se pasa en mapas circulares en los que deambular en busca de jefes secundarios y cristales necesarios para mejorar las habilidades. En este sentido, Another Crab’s Treasure se centra mucho en las plataformas, manteniendo siempre la dificultad baja. El resultado final es un juego de plataformas de acción fusionado con ideas similares a las de souls (fogatas, almas, curación y subida de nivel… todo recreado en una versión marina) que funciona y entretiene. Se vuelve un poco fácil en las últimas etapas, o al menos así fue para nosotros, ya que hemos creado un personaje que puede curar tanto el caparazón como su propia salud atacando, volviéndose casi inmortal.

En cuanto a la longevidad, terminamos el juego en 16 horas, con un 80% de finalización (a ojo, no hay un porcentaje preciso). En promedio, espere unas veinte horas para un 100%. También señalamos que si no tienes demasiada experiencia en soulslike puedes activar una sección de ayudas, como la reducción de daño, una mayor invencibilidad de las esquivas, una ventana de parada más amplia, evitar perder elementos al morir y también una disminución en la velocidad del juego. Son grandes opciones que se pueden definir con total libertad en múltiples niveles y que hacen que Another Crab’s Treasure sea perfecto para todo tipo de jugador.

VEREDICTO
Another Crab's Treasure es un juego de plataformas de acción inspirado en soulslike que logra generar algunas ideas originales y sabe cómo entretener. Es una pena que se alargue un poco en el final, alargando demasiado el último tramo, pero en general es una aventura que recomendamos, tanto por su buen sistema de combate como por su historia, que de forma mayoritariamente alegre y cómica habla de la maldad de la contaminación y el capitalismo.
7.5