Tras la información inicial sobre los despidos en Bungie, comenzamos a conocer más detalles. En primer lugar, sabemos que la compañía habría recortado aproximadamente un 8% de su plantilla. El porcentaje se traduce en el adiós a alrededor de 100 de los 1.200 empleados que formaban parte del estudio y la decisión estaría relacionada con el mal rendimiento de Destiny 2 durante el último año. El videojuego habría proyectado unos ingresos un 45% por debajo de la cifra esperada para este 2023. La situación estaría, en buena medida, provocada por la baja recepción que ha tenido su última expansión: Eclipse.
Según relata el periodista Jason Schreier para el medio norteamericano Bloomberg, los empleados de Bungie habrían recibido las malas noticias sobre el rendimiento de Destiny 2 hace apenas dos semanas. Sin embargo, no se esperaban despidos. Desde la desarrolladora habían tomado la decisión de retrasar unos meses la próxima expansión del juego para aumentar su calidad, tomando medidas algo menos drásticas para con sus empleados. Sobre la mesa se pusieron soluciones como la reducción de costes de viaje, la congelación de los salarios o la posibilidad de paralizar todas las contrataciones. De este modo se limitarían las pérdidas de forma considerable.
Sin embargo y pese a que todo el equipo estaba comprometido a capear el temporal, a comienzos de esta semana comenzaron los despidos. «Docenas de empleados se despertaron con reuniones misteriosas de quince minutos programadas en sus calendarios, descubriendo rápidamente que formaban parte de un despidos masivo», explicaba Schreier en su reportaje. El periodista también señala que los despidos forman parte de una iniciativa de ahorro más amplia llevada a cabo por Sony, destacando que la compañía ha recortado empleos en Naughty Dog, Media Molecule o su oficina de San Mateo.
Pese a que el recorte de gastos habría sido iniciativa de Sony, las fuentes indican que habría sido el propio estudio (Bungie) quien eligiera de qué empleados prescindir. En este sentido, no se trata de que los responsables de PlayStation hayan querido hacer cambios en la plantilla para introducir a sus propios trabajadores, si no que la desarrolladora habría operado de forma relativamente independiente. Pese a todo, la mayoría de los trabajadores despedidos formarían parte de equipos de «community management» y «publishing», que de ahora en adelante se encargarían a una empresa externa.