Ahora que la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft se juega el todo o nada frente a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) están saliendo a la luz detalles que por meses permanecieron en secreto, mismos que da cuenta de las posturas y argumentos de las compañías involucradas. Tal parece que en este momento nos encontramos en una partida de tenis, pues la pelota de la polémica va y viene y hoy le toca, otra vez, a Jim Ryan. El periodista de Axios Stephen Totilo compartió información proveniente de un documento de la FTC que recopila una serie de declaraciones que Jim Ryan, presidente de PlayStation, realizó ante el regulador norteamericano. En este caso, se trata de un documento con carácter confidencial que data del 6 de abril de 2023 en el que Jim Ryan asegura que Sony Interactive Entertainment no dará información privilegiada de su próxima consola a Activision Blizzard en caso de que se concrete la adquisición por parte de Microsoft.
De acuerdo con Jim Ryan, Sony no podría compartir información privilegiada con una compañía controlada por Microsoft por lo que esto actuaría en detrimento del proceso de desarrollo y la experiencia de juego de los títulos que Activision Blizzard tenga planeados para el sucesor de PS5, como Call of Duty. A partir de esa idea, el directivo asegura que es el inicio de una cadena de sucesos que resultarán en juegos de menor calidad por parte de Activision para los usuarios de consolas PlayStation. Cabe recordar que hasta antes de que se anunciara la compra de Microsoft, PlayStation y Activision tenían una excelente relación de negocios pues la marca de Sony daba un trato privilegiado a la empresa norteamericana dadas las enormes ganancias que deja Call of Duty. Precisamente, durante el proceso de revisión de los reguladores salió a la luz que PlayStation tiene un acuerdo preferencial con Activision respecto a la repartición de ganancias que en condiciones normales con otros editores es de 70/30. De ahí que PlayStation considerara a Activision como socio estratégico y por ende brindara información privilegiada que beneficiara los procesos de desarrollo, algo que según Jim Ryan se perderá una vez que se apruebe la compra por parte de Microsoft.