Descubre nuestra prueba de Card Shark, un juego de Nerial (Reigns) y Devolver que te enseñará a hacer trampa en las cartas en la Francia del siglo XVIII. Definitivamente, a Devolver le gusta jugar con cartas para sorprender a los jugadores. Después de publicar el brillante Inscryption en 2021, es hora de Card Shark y su nuevo concepto: convertir al jugador en un experto en hacer trampa en un contexto de trastornos históricos en la Francia del siglo XVIII. Una propuesta firmada por el estudio Nerial, que ya se ha distinguido con los tres episodios de Reigns, un improbable encuentro entre juego de cartas narrativo, gestión de reinos y deslizamiento de Tinder.
Si inmediatamente seduce con su soberbia dirección artística, es con su concepto y su historia que Card Shark engancha al jugador. Interpretamos a un simple empleado de la posada que, a la vuelta de una copa de vino, se encuentra con el Conde de Saint-Germain. Un personaje colorido, cuyo pequeño placer es despojar a los caballeros de Francia haciendo trampa con cartas. Mezclas falsas, paquetes falsos escondidos en el bolsillo, as de espadas discretamente escondido en la palma, mirar la mano del oponente mientras se le sirve otra copa de vino … el embaucador tiene más de un truco en su bolso.
Nuestro personaje, anónimo y mudo, se encuentra reclutado a su lado para recorrer los caminos del reino en busca de nuevas víctimas, pero también información sobre «las Doce Botellas de Leche». Un curioso caso que llevará a nuestro dúo de estafadores a las mesas más prestigiosas a medida que vayan acumulando las ganancias. Concretamente, el juego se compone de una sucesión de niveles generalmente divididos en dos partes: una dedicada a aprender y entrenar una nueva torre, la otra a ponerla en práctica, todo ello puntuado por breves secuencias narrativas. Una estructura lineal global que carece de un poco de variedad para evitar la redundancia de la progresión. Sin embargo, una vez que entras en el juego, Card Shark es cautivador.
Card Shark no te deja solo
Si no sabes nada de juegos de cartas, no te asustes: en Card Shark, no se trata de hacer juegos de tarot o apuestas en su totalidad. Como cómplice, tu único objetivo es seguir las instrucciones del Conde y pasar las técnicas de trampa. Estos toman la forma de minijuegos de estilo QTE que requieren velocidad de ejecución, concentración y compostura. Suena aburrido dicho así, pero la jugabilidad está muy bien establecida. En total, hay 28 trucos para aprender. Y estamos hablando aquí de técnicas reales elaboradas y malignas, con diversas manipulaciones. Por otro lado, podemos volver a lamentar esta estructura tan enmarcada: aparte de unos pocos niveles, el juego generalmente impone los turnos a realizar, el jugador a ganar, etc.
Los QTE están hechos de tal manera que los controles del controlador siempre hacen eco de gestos reales (como barajar una baraja, repartir cartas, etc.). Y mío de nada, se necesita mucha precisión. Por ejemplo, si orientas demasiado el palo para verter vino a tu oponente, el vaso se llenará demasiado rápido y no tendrás tiempo de ver su mano. También es necesario vigilar siempre el indicador de sospecha, que sube al menor error o si uno es demasiado lento. Cuando está completamente lleno, el juego se pierde.
Una mecánica interesante, pero no exenta de defectos. El equilibrio se puede mejorar: a veces, el medidor sube demasiado rápido a pesar de una ejecución casi perfecta. También sucede que va demasiado rápido para el juego (frente a las animaciones), creando así un error artificial. El sistema global también se habría beneficiado de ser menos binario. Al final, nos atenemos a tener éxito o no en los minijuegos. El único lado estratégico es que hay que evitar apostar demasiado a la vez para no despertar sospechas, y a veces es mejor obligarse a perder una ronda en lugar de ganar en cadena para bajar el indicador.
El arte de hacer trampa
Al no ser muy profundo en el lado de la mecánica del juego, Card Shark es accesible. Al juego no le falta pedagogía (sin ser aburrida) en su forma de explicar el funcionamiento de las torres, que poco a poco van ganando en complejidad y a veces mezclando técnicas previamente aprendidas. Incluso se nos enseña mnemotecnia para ayudarnos a retener señales o tarjetas. Es necesario tener cuidado y aplicar, sabiendo que uno puede hacer una pausa en medio del juego para releer las instrucciones u órdenes en caso de duda. También hay tres niveles de dificultad, incluido uno con muerte permanente, y un sistema de pistas que se puede activar / desactivar en cualquier momento.
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Incluso si no te gustan los juegos de cartas, es probable que Card Shark te agrade. Mezclando traiciones, mentiras y tramas, su historia va tomando de principio a fin y perfectamente integrada en un marco histórico controlado, en el que participan grandes nombres como Voltaire, Luis XV o el conde de Cagliostro. No faltan giros y vueltas que nos mantienen alerta y diálogos cincelados no exentos de humor.
Por último, cómo no mencionar esta magnífica dirección artística encabezada por Nicolai Troshinsky. El artista utilizó la técnica de monoimpresión, que consiste en superponer varias capas individuales de pinturas. Como resultado, los decorados son similares a pinturas ricas en detalles, coloridas y llenas de vida, combinadas con animaciones igualmente convincentes. Las composiciones de Andrea Boccadoro, interpretadas por una orquesta y que recuerdan necesariamente a la música del siglo XVIII, completan esta impecable y única propuesta artística. Ten en cuenta que me tomó alrededor de 7 horas completar Card Shark y no hay contenido secundario una vez que la historia ha terminado.
REVIEW 4 GAMERS RECIBIÓ UN CÓDIGO CON EL PROPOSITO DE REALIZAR ESTA REVISIÓN