En una Polonia marcada por la guerra y la opresión, un grupo de rebeldes conspira en secreto contra los invasores alemanes, moviéndose sigilosamente tras las líneas enemigas y planeando sus acciones con gran cuidado, lo que da inicio al Levantamiento de Varsovia. Motivados por un anhelo de libertad y un profundo desprecio hacia sus opresores, los protagonistas de esta insurrección son personas comunes, sin formación militar previa, que han visto cómo su vida pacífica se ha desmoronado en medio del terror. Aunque los personajes y eventos del juego son ficticios, la esencia de la situación se presenta de manera clara, respetando la cronología real de la guerra mientras se desarrollan las historias personales para enriquecer a los personajes.
Los primeros en cobrar vida son los hermanos Lince y Novellino, hijos de un soldado polaco y de una madre activista que les inculca un fuerte sentido de pertenencia a su patria, motivándolos a unirse a la resistencia en cuanto surge la oportunidad. Las diferencias en sus características físicas y de personalidad son notables: Anton (Lynx) es más corpulento y tiene la naturaleza de un guerrero, mientras que su hermano menor, Leon, prefiere sumergirse en los libros, anhelando una educación y una carrera que se han vuelto inalcanzables. En «63 Days», el tema de la opresión se refleja constantemente en las personalidades de los protagonistas, guiando sus acciones desesperadas que, aunque pueden parecer locuras, representan el último recurso para quienes prefieren morir luchando antes que ver su hogar consumido por la tiranía nazi. Aunque la evolución mecánica del juego no es tan evidente como en su predecesor, «War Mongrels», los nuevos personajes traen habilidades e interacciones únicas que revitalizan la experiencia, incluso para quienes ya han jugado el anterior título de la serie.
Cada personaje tiene sus particularidades; por ejemplo, Novellino puede eliminar enemigos a distancia lanzando su cuchillo, escalar zonas inaccesibles y distraer a los guardias hablando alemán, gracias a sus dotes lingüísticas. Lynx, por su parte, es experto en eliminar enemigos silenciosamente y puede ayudar a sus compañeros a sortear obstáculos, generando sinergias que permiten superar diversos retos durante las infiltraciones. A menudo, las misiones se asemejan a acertijos en lugar de un juego de estrategia en tiempo real, ya que coordinar acciones precisas con movimientos exactos suele ser la única forma de resolver problemas específicos. A pesar de esto, «63 Days» sigue siendo un juego emocionante y gratificante, donde los momentos de reflexión y prueba y error (facilitados por una conveniente función de guardado rápido) se complementan con la satisfacción de ver cómo un plan se lleva a cabo con éxito.
Si cometiéramos errores y nos descubren, podemos utilizar un modo de «planificación» para ralentizar el tiempo y ejecutar múltiples órdenes simultáneamente, o entrar en un modo más agresivo que transforma el juego en un shooter isométrico. Sin embargo, este enfoque será útil solo en raras ocasiones, ya que el ruido de las armas puede alertar a muchos enemigos, lo que nos enfrenta a grupos numerosos, y una sola bala puede acabar con la vida de uno de nuestros héroes. En resumen, a pesar de una dirección artística admirable, el aspecto técnico de «63 Days» presenta varios problemas menores que afectan la experiencia de juego debido a su frecuencia. Por ejemplo, en ocasiones no podemos recoger un arma del suelo porque no se reconoce como un objeto interactuable, lo que nos obliga a volver a una partida guardada anterior. Además, el audio tiene fallos, con sonidos ambientales que se repiten de manera inconsistente, interrumpiendo diálogos y música, y a veces la voz narrativa de las escenas se encuentra completamente ausente.