Antes de la aparición de juegos de corte RPG y sagas emblemáticas como Baldur’s Gate, las personas solían escapar a mundos de fantasía a través de partidas de Dragones y Mazmorras. De hecho, este juego de mesa cumplirá 50 años el próximo 2024, y todavía sigue dándonos recursos para que sus jugadores se conviertan en elfos, enanos, drows y otras criaturas de cuento. En resumidas cuentas, se trata de un entretenimiento que ha marcado a miles de personas en todo el mundo, y algunas de ellas han sido capaces de llevar sus conocimientos de D&D (Dungeons & Dragons por sus siglas en inglés) al sector de los videojuegos.
James Ohlen es prueba de ello. En una entrevista con Rock, Paper, Shotgun, este diseñador de juegos desvela que invirtió un montón de tiempo en Dragones y Mazmorras antes de entrar en el mundillo del desarrollo a través de BioWare; empresa en la que estuvo durante 22 años y donde alcanzó el puesto de director creativo senior. Y no hablamos de D&D como un pasatiempo espontáneo, pues el profesional jugó una cantidad ingente de horas haciendo de DM (Dungeon Master) en sus partidas: «Creo que, cuando me contrató BioWare, tenía 20.000 horas de DM. Era ridículo. Debo mucho a D&D. Mis amistades, mi carrera, mi estabilidad mental».
Con el tiempo, Ohlen tuvo la oportunidad de trabajar en entregas como Baldur’s Gate, Baldur’s Gate 2, Star Wars: Knights of the Old Republic o Dragon Age: Origins, entre otras. De hecho, el cofundador de BioWare Ray Muzyka le animó a usar sus «carpetas enormes», en las que guardaba toda la información sobre los personajes de los jugadores y los NPC de una campaña de Dragones y Mazmorras, para configurar mundos de videojuegos.