Algo se me quedó grabado en la memoria de mi última Gamescom. En la feria europea del videojuego, la mayor cola para probar un título fue la que tenía el stand de un souls-like basado en Pinocho. Sí, con el permiso de los simuladores de trabajar, que arrasan en Alemania, Lies of P fue el gran éxito de la última edición. Ahora, casi un año después, he podido jugar al título de Neowiz. Ha sido una demo de alrededor de dos horas centrada en el primer tramo del videojuego, donde ya pude probar de primera mano muchas de las mecánicas importantes del título. Y, a pesar de que no parece reinventar nada, y que la referencia del género es casi inalcanzable, sí que tiene el encanto suficiente como para que me haya sabido a poco. Lo que he jugado es una buena porción del inicio, en la que pude enfrentarme a varios jefes, encontrarme cierta variedad de enemigos y explorar la visión del estudio del género creado por From Software. Sí, encarnamos a Pinocho en una ciudad llamada Krat, la cual está inspirada en una especie de Belle Epoque europea con tintes steampunk. Las marionetas, unos protorobots, han dejado de hacer caso a los humanos y se han convertido en unas máquinas sedientas de sangre.
Nosotros somos la creación más perfecta del maestro Geppeto, la más humana. Somos la única esperanza de una ciudad que ha visto masacrada a su población. Aunque pueda parecer una adaptación demasiado libre del clásico de Carlo Collodi, la realidad es que busca hablar de lo mismo que el relato original: qué nos hace humanos. El juego responde a los estándares de títulos como Bloodborne o Dark Souls, proponiéndonos avanzar por un terreno hostil, un diseño de niveles intrincado y lugares comunes conocidos por todos como hogueras (aquí se llaman «Stargazer»), subida de nivel, pérdida de «almas» al morir, o un combate basado en bloqueos y esquivas. Sin embargo, usa un par de detalles para diferenciarse, como bien hicieron otros ejemplos exitosos del pasado como The Surge o Nioh. Lies of P se aprovecha de que Pinocho es una marioneta para explorar un terreno similar al de Deck 13 y sus piezas mecánicas intercambiables, permitiéndonos tanto equipar distintos brazos izquierdos robóticos al protagonista con diferentes funciones (por el momento he visto un gancho que hace trastabillar a los enemigos), como crear armas mediante el uso de empuñaduras y filos de todo tipo.
Y hay un detalle adicional, como es que las armas se mellan, y es necesario afilarlas cada poco tiempo con los engranajes de nuestro codo; algo que en mitad de un combate contra un jefe añade algo más de lo que preocuparnos durante la pelea. De igual forma, durante esta demo hemos visto una interesante capa narrativa y jugable que también responde a quien es el protagonista. Después de la primera zona, que sirve de prólogo, llegaremos al Hotel Krat, el área que hace de nexo en Lies of P. Resulta que las máquinas no pueden entrar gracias a un sistema de defensa muy simple y a la vez muy eficaz: se les pregunta si son humanos o robots. Según se nos cuenta en el juego, las máquinas están programadas de una forma que les impide mentir. No es el caso de Pinocho, que al ser mucho más humano que estas agresivas marionetas, puede tomar la decisión de no contar la verdad. De momento sólo he visto un par de casos concretos, pero los desarrolladores de Lies of P cuentan que habrá más oportunidades en las que tendremos que tomar la decisión de si mentir o decir la verdad. Y, ojo, cuantas más mentiras digamos, más humano será Pinocho.