Gestalt: Steam & Cinder es un juego de acción y plataformas en 2D de estilo Metroidvania, desarrollado por Metamorphosis. Ambientado en un mundo steampunk hecho a mano, el juego impresiona desde el primer momento. Cuando escuché el nombre «Gestalt» por primera vez, me recordó a la psicología, específicamente a la teoría de la Gestalt, que enfatiza que «el todo es más que la suma de sus partes». No solo el nombre en inglés del juego se relaciona con esta teoría, sino también la época steampunk en la que está ambientado. Sin más preámbulos, aquí les traigo mi experiencia de juego.
El juego nos traslada a un universo steampunk, específicamente a la ciudad de Canaan, el último bastión de la humanidad. Nos ponemos en la piel de Aletheia, una protagonista que accidentalmente libera una energía que despierta a máquinas dormidas que amenazan a toda la población de la metrópolis. Afortunadamente, Aletheia adquiere habilidades sobrenaturales que le permiten enfrentar esta nueva amenaza y descubrir los oscuros secretos de Canaan, incluyendo las verdaderas intenciones de sus supervisores corruptos, conocidos como Comitium. A primera vista, la historia parece interesante, pero pronto se vuelve aburrida y cliché. El mayor problema es que la narrativa solo sirve como fondo para el juego, a diferencia de títulos como Hollow Knight, la serie Ori o Blasphemous, donde la historia es parte integral del juego. Las elecciones que hacemos durante los diálogos largos y clichés no tienen mucho impacto, y nunca encontré un motivo para preocuparme por el destino de ninguno de los personajes, ni siquiera la propia protagonista.
En Gestalt: Steam & Cinder, la acción se ve de lado, las misiones principales avanzan la historia, mientras que también podemos realizar diversas misiones secundarias, que a menudo encontramos en el tablero de misiones. Estas misiones generalmente consisten en derrotar a un número específico de enemigos o recolectar objetos, lo que las hace bastante monótonas. Solo las misiones principales aportan frescura. Durante el juego, recorremos diversos niveles, incluyendo calles vibrantes de la ciudad y un gigantesco vertedero llamado El Mar de Chatarra. En cada nivel encontramos numerosos enemigos, con los que libramos combates dinámicos. Aletheia se enfrenta a una variedad de máquinas, desde robots del tamaño de un humano hasta enormes colosos mecánicos que actúan como jefes. La protagonista usa armas cuerpo a cuerpo, combinando ataques en combos espectaculares, y un revólver que le permite mantener a los enemigos a distancia segura.
Los niveles son variados y hay muchos enemigos, lo que requiere diferentes tácticas. Hay nueve jefes en el juego, cada uno con un conjunto de habilidades únicas. Sin embargo, para los fanáticos de juegos como Hollow Knight o Blasphemous, la dificultad de las peleas con los jefes puede ser decepcionante. A medida que avanzamos, ganamos experiencia y subimos de nivel, aumentando gradualmente el potencial de combate de Aletheia al desarrollar sus estadísticas y desbloquear nuevas habilidades. Cabe mencionar que el juego se puede jugar tanto con teclado como con un controlador, aunque los creadores recomiendan el uso de este último. Desafortunadamente, navegar por el menú del personaje es bastante molesto, lo que llevó a mucha frustración. ¿Por qué no añadieron soporte para el ratón en el menú? Es un misterio.
El apartado gráfico de Gestalt: Steam & Cinder está realizado en un estilo pixel art colorido. Todo es detallado, y los escenarios sorprenden con sus pequeños detalles. Las diversas animaciones de ataques y eliminaciones de enemigos también son agradables. En general, el juego se ve realmente bien, y los retratos de los personajes que aparecen durante las conversaciones merecen una mención especial. Desafortunadamente, esta parte de la producción solo alcanza un nivel aceptable. Los efectos de sonido son superficiales y anodinos, y su cantidad es bastante limitada. La música es un poco mejor, pero tampoco destaca. Durante la exploración, no encontré ninguna pieza que se me quedara en la memoria. Además, durante algunas conversaciones, la música de fondo es épica, como si acompañara a una gran batalla, aunque la conversación se lleve a cabo entre dos personajes en una sala del castillo.
