Tempest Rising Review

Tempest Rising es un juego de estrategia en tiempo real que toma inspiración directa de los grandes clásicos del género. Ambientado en un mundo alternativo marcado por el militarismo y el conflicto, el juego nos pone en la piel de un comandante al frente de una de dos facciones enfrentadas: las Global Defense Forces, una fuerza de paz móvil y tecnológicamente avanzada, o la Tempest Dynasty, un imperio autoritario que busca dominar la Tierra por la fuerza. Como buen RTS, el corazón del juego está en el manejo eficiente de recursos, la expansión de nuestra base, la evolución de nuestras unidades y el dominio del campo de batalla.

El modo principal de Tempest Rising es la campaña, que se divide en dos líneas narrativas: una centrada en las Global Defense Forces y la otra en la Tempest Dynasty, con 11 misiones cada una. A lo largo de estas campañas conoceremos las motivaciones y visiones de ambas facciones dentro de este mundo post-apocalíptico. Las misiones, aunque similares en estructura, ofrecen distintos objetivos y situaciones tácticas, lo que mantiene el interés en cada enfrentamiento.

En las primeras misiones se enseñan los fundamentos: cómo mover unidades, gestionar recursos y construir edificaciones clave. Estas bases no solo son esenciales para recolectar recursos, sino que también desbloquean nuevas unidades y permiten defender nuestra posición mediante torretas y otras estructuras. Con el tiempo, la complejidad aumenta: toca crear ejércitos de infantería, vehículos y unidades aéreas para completar misiones que van desde la defensa de zonas hasta ataques estratégicos, extracciones o tareas de construcción.

Al completar cada misión, se obtienen puntos de doctrina que se pueden invertir en tres ramas distintas: logística, ofensiva y defensa. También se consiguen puntos de investigación, útiles para mejorar el arsenal y desbloquear equipamiento adicional que puede marcar la diferencia en misiones futuras. Una vez concluidas las campañas, el juego ofrece más contenido con modos escaramuza para un jugador en 10 mapas distintos, además de un sólido componente multijugador. Hay partidas personalizadas, emparejamiento competitivo y un sistema de clasificación basado en Glicko-2, ideal para quienes buscan retos constantes y combates entre humanos.

Visualmente, Tempest Rising destaca por su estilo artístico y la calidad de sus modelos, que rozan la perfección. Cada misión se siente única gracias al detallado diseño de ambientes y a la variedad entre facciones. Pero lo que realmente le da personalidad al juego son sus cinemáticas entre misiones: realistas, impactantes y con una calidad digna de superproducciones. Estas secuencias no solo enriquecen la narrativa, sino que refuerzan la inmersión en el universo del juego.

VEREDICTO
En resumen, Tempest Rising no pretende revolucionar el género, pero sí ofrece una experiencia sólida y cuidada. Su historia, sus campañas diferenciadas y el apartado visual lo convierten en una propuesta atractiva para los fans de los RTS clásicos. Eso sí, su curva de aprendizaje puede resultar algo exigente, especialmente por la escasa guía inicial, y la dificultad no siempre está bien calibrada. Aun así, estamos ante un título que entiende lo que hace especial al género y lo entrega con respeto y ambición.
8.5
BUY