Wildkeepers Rising es una propuesta híbrida que combina la acción frenética de los “bullet heaven” con elementos de RPG estratégico y roguelite. Desarrollado por el estudio independiente Lioncode Games, el título apuesta por una experiencia donde el combate caótico se mezcla con decisiones tácticas y progresión profunda, todo envuelto en una dirección artística encantadora. La narrativa se sitúa en un mundo otrora protegido por los Guardianes, espíritus antiguos que compartían un lazo especial con héroes elegidos. Sin embargo, una devastadora invasión obligó a estos seres a romper sus vínculos para sellar la amenaza. Años después, el mal resurge y el jugador, como nuevo “Wildkeeper”, debe restaurar esas alianzas, despertar a los Guardianes y enfrentarse a una corrupción que se extiende como sombra por la tierra. Aunque el enfoque del juego no está centrado en contar una historia compleja, el trasfondo añade un matiz épico que le da sentido a cada batalla.



El núcleo jugable de Wildkeepers Rising gira en torno a domar criaturas —los Guardianes— y construir equipos que se adapten a cada reto. Cada Guardián tiene una función específica (ofensiva, defensiva o de apoyo), lo que obliga al jugador a pensar bien su combinación, especialmente en los niveles más avanzados donde la dificultad escala de forma abrupta. A diferencia de otros títulos del género, aquí no basta con esquivar y sobrevivir: también debes activar manualmente las habilidades de tus aliados en el momento oportuno, lo que añade una capa adicional de tensión y estrategia. La mecánica de los “Sigilos” (o “Seals”), que otorgan mejoras activas o pasivas, permite personalizar aún más tu estilo de juego y lograr sinergias poderosas entre Guardianes y habilidades. A medida que avanzas, puedes desbloquear y mejorar más de 20 Guardianes distintos, cada uno con habilidades únicas.


La progresión no se limita al equipo: también puedes potenciar atributos como la vida, la velocidad o la regeneración mediante un sistema de mejoras permanentes entre partidas, típico de los roguelite. Si bien al principio la curva de dificultad es amigable, pronto el juego exige planificación. Cada acto completado te obliga a enfrentarte al siguiente en una dificultad superior, lo que impide depender del “grindeo” en fases fáciles y te empuja a mejorar genuinamente tu estrategia. No todo es perfecto: la IA de algunos Guardianes puede ser torpe, en especial los de rol defensivo, que a veces se alejan del jugador justo cuando más se les necesita. Además, la ausencia de generación procedural de mapas y la repetición de ciertos patrones pueden restarle frescura a largo plazo.
Uno de los puntos fuertes del juego es su compatibilidad con mando: ya sea con teclado o control, la respuesta es precisa y cómoda. Esto es especialmente valioso en un título donde el movimiento fluido y el uso rápido de habilidades pueden marcar la diferencia entre la victoria y el fracaso. Visualmente, Wildkeepers Rising destaca por su arte dibujado a mano, colorido y lleno de personalidad. Las criaturas tienen diseños encantadores y las animaciones, aunque simples, transmiten energía. La banda sonora acompaña bien, con melodías que refuerzan la atmósfera sin opacar la acción.