No lo jugué en 2019, pero cuando Control llegó a PlayStation Plus en 2021, me lancé a probar el que, sin duda, fue uno de los mejores juegos que caté ese año. Había tenido mis más y mis menos con los finlandeses de Remedy, pero Control me reconcilió con ellos hasta el punto de esperar como un fan de toda la vida su siguiente gran juego. Eso sí, no esperaba que lo nuevo del equipo de Markus Mäki y Tero Virtala llegase en forma de un multijugador cooperativo que, en realidad, sirve para expandir lo que ofrecía aquel shooter de hace seis años. Sin embargo, tras probarlo durante más de dos horas tengo claro un par de cosas: no entiendo nada y, aunque caótico, FBC: Firebreak tiene buenos ingredientes como para confiar en lo que tienen entre manos los finlandeses.
Porque en una industria donde todo parece pasar por el filtro de los shooters de extracción o de los PvP como el futuro ARC: Raiders, FBC: Firebreak se desvía por completo y apuesta por un concepto más ligado al pasado, a aquellos Left 4 Dead: acción a raudales, decenas de enemigos y cooperación entre amigos, sin PvP. Queda mucho por ver aún. Además, este es el primer shooter en primera persona del estudio y no será free to play, por lo que hablamos de un terreno doblemente complicado. Pero desde que lo jugué, no me lo quito de la cabeza.