Outlast Trials se destaca de su predecesor no solo por la adición de un componente cooperativo, sino también por la naturaleza de los desafíos que enfrentan los jugadores. Mientras que el juego original sumergía al jugador en una pesadilla solitaria y claustrofóbica, The Outlast Trials promueve la colaboración y la estrategia en equipo, empujando a los jugadores a trabajar juntos para sobrevivir a los horrores que los rodean. Este cambio de perspectiva no solo agrega un nuevo nivel de desafío y complejidad al juego, sino que también ofrece una nueva dimensión a la historia y la narración, algo que hemos visto surgir en títulos como Dead By Daylight. En The Outlast Trials, te pondrás en la piel de un vagabundo, atraído por la promesa de un posible rescate, solo para encontrarte encarcelado en una trampa orquestada por la Corporación Murkoff, una oscura corporación conocida por sus turbias intenciones y terribles experimentos con pacientes humanos.
Al despertar en una instalación gigantesca, descubrirás que eres un prisionero junto con otros desafortunados, todos involucrados en una serie de pruebas cuyo único imperativo es la supervivencia. En un entorno hostil lleno de una atmósfera de terror, debes enfrentarte a los desafíos impuestos por la sociedad y descubrir los oscuros secretos que se esconden detrás de sus experimentos, mientras luchas por tu libertad y tu propia vida. Al hacerlo, desafortunadamente, te verás obligado a moverte por el mundo del juego desarmado e incapaz de luchar contra los enemigos, que, como de costumbre, son cualquier cosa menos normal. Para ayudarte siempre está la máscara de visión nocturna, acompañada de una serie de herramientas fáciles de usar, como pestillos, ungüentos curativos, baterías y viales de adrenalina útiles para correr más rápido. Como se mencionó anteriormente, el objetivo es sobrevivir a la adversidad mientras se enfrentan los desafíos que plantea la sociedad. Lo mejor es asumir estos desafíos en modo cooperativo con otras personas, ya que el juego en solitario es casi demasiado difícil, además de particularmente tedioso.
Como ocurre cada vez más con los juegos de este género, The Outlast Trials también te permite personalizar a tu personaje a través de un editor bastante básico, que ofrece una selección bastante estándar de caras, cabello y otras opciones de personalización. Inmediatamente después, es posible y de hecho recomendable enfrentarse al tutorial para al menos comprender los fundamentos de la prisión en la que nos encontramos. La instalación en sí es una especie de eje central del juego que ofrece la posibilidad de personalizar tu celda, desafiar a otros jugadores a pruebas de habilidad y visitar varias «tiendas» para mejorar tu personaje. Estos últimos son el Garaje y la Enfermería, dos lugares importantes donde podrás mejorar los parámetros de tu alter ego y comprar dispositivos específicos que mejorarán tu supervivencia dentro de las pruebas. El objetivo es crear un personaje que se adapte a los gustos y estilo de juego del jugador, y en parte esta característica sale bien parada, siempre que, como se ha repetido varias veces, The Outlast Trials se juegue en compañía y no solo. Desde la Terminal Central, puedes seleccionar el nivel que quieres abordar, mejor identificado por pruebas en las que puedes poner a prueba tus habilidades de supervivencia.
Una vez que hayas elegido uno de estos (también hay un desafío semanal si lo deseas), esperas a que el emparejamiento seleccione a tres jugadores más con los que compartir la misión. La estructura de los niveles sigue reglas muy precisas: tienen unas dimensiones decentes y a menudo se centran en crear un laberinto de habitaciones muy similares entre sí, diseñadas para generar una cierta sensación de claustrofobia en quienes las atraviesan, especialmente cuando te encuentras siendo perseguido por el/los locos/s de turno/s. La imposibilidad de luchar contra los enemigos convierte la experiencia en un producto de naturaleza sigilosa, ya que una vez descubierto, si te matan, solo tendrás la oportunidad de reiniciar el escenario tres veces antes de que termine el juego. Además de los enemigos en la instalación, los escenarios esconden una gran variedad de trampas, incluidas bombas y herramientas mortales.
Además de intentar resolver el rompecabezas propuesto por el juego, los jugadores podrán confiar en su sentido de la exploración para encontrar documentación, recursos y otros consumibles útiles (pero tenga cuidado de dosificar, dado el espacio limitado del inventario, establecido en cuatro ranuras). Lástima que durante la experiencia sea precisamente la IA de los enemigos la que decepcione, resultando quizás un poco demasiado simple y predecible, limitado a realizar acciones básicas, tanto que una vez fuera de alcance durante un escape el jugador puede reanudar la exploración como si nada hubiera pasado. Este defecto surge especialmente cuando se juega solo, mientras que en grupo la sensación de inadecuación o incomodidad, típica de los capítulos anteriores, desaparece en favor del caos general (llegamos a jugar con gente realmente divertida y reírnos mucho). Esto pone de manifiesto el hecho de que jugar en compañía, tal vez con un grupo de amigos muy unido, convierte la experiencia casi en un juego sin fronteras en lugar de una experiencia de terror.
De hecho, The Outlast Trials funciona de manera similar a la serie de películas Saw, en la que los jugadores, como en los largometrajes, son arrojados dentro de un lugar cuyo único propósito es sobrevivir, siempre y cuando logren comprender las pistas presentes para resolver el rompecabezas y pasar la misión. Este paralelismo agrega un elemento intrigante a la experiencia de juego, lo que lleva al jugador a resolver acertijos para progresar. Gráficamente, The Outlast Trials es satisfactorio para la audiencia, ciertamente bien curado y hecho con una visión a largo plazo (como lo demuestra la hoja de ruta publicada recientemente por los desarrolladores). Si bien el título no se desvía demasiado de su línea de base, lo consideramos un punto a favor, especialmente teniendo en cuenta la atmósfera inmersiva que se encuentra durante las sesiones de juego.
The Outlast Trials funcionaron muy bien en PC y consolas, al mismo tiempo que mostraron un buen nivel de velocidad de fotogramas durante las sesiones a 60 fotogramas a pesar de que estábamos jugando perpetuamente en línea. Quizás el verdadero punto débil de la producción radica en la construcción de los escenarios, no tanto en términos de diseño de niveles, por muy preciso que sea para el tipo de atmósfera propuesta, sino quizás un poco demasiado repetitivo. Por otro lado, dado que se utiliza el mismo motor gráfico, no es posible lograr mucho más de lo que cabría esperar.