Podríamos decir que Suicide Squad: Kill the Justice League es uno de los mayores batacazos que hemos visto en este 2024. Porque, según los informes financieros de Warner Bros., el juego como servicio protagonizado por Harley Quinn, Deadshot, King Shark y Capitán Boomerang es el culpable de «un agujero» de 200 millones de dólares en las cuentas de la empresa. El golpe ha sido tan fuerte que Jason Schreier, periodista de Bloomberg, ha hablado con varios miembros de Rocksteady para descubrir las vicisitudes detrás del desarrollo. Y, en el proceso, ha desvelado que el equipo estaba trabajando en otro multijugador del que no sabíamos absolutamente nada.
Tras lograr un gran éxito financiero con la película de Suicide Squad (producción que costó 175 millones de dólares y terminó generando 750 millones), Warner Bros. quiso mantenerse en la cresta de la ola expandiendo esta licencia al mundo de los videojuegos. De hecho, y como bien se indica en el artículo de Bloomberg, su desarrolladora ubicada en Montreal ya tenía en marcha un título de Suicide Squad que estaba luchando por consolidarse. Ante estos problemas, el conglomerado cambió de idea y terminó fijándose en una compañía que, además de formar parte de su cartera de estudios, se había establecido como una de las marcas más reputadas del sector: Rocksteady.
Cuando Rocksteady recibió la petición de Warner Bros. de hacer un juego como servicio basado en Suicide Squad, su equipo no estaba precisamente de brazos cruzados. Tras el lanzamiento de Batman: Arkham Knight allá por 2015, los cofundadores del estudio, Jamie Walker y Sefton Hill, querían hacer algo totalmente diferente y empezaron a trabajar en un prototipo de lo que se conocería como ‘Stones’; nombre en clave que servía para definir un multijugador con mecánicas de resolución de rompecabezas.
Sin embargo, en 2016 hubo un gran cambio de planes: «Stones estaba fuera. Suicide Squad estaba dentro». Walker y Hill encabezaron una reunión en las oficinas de Rocksteady en la que, según miembros que estuvieron presentes, se comunicó la idea de Warner Bros. de hacer un juego como servicio basado en el universo de DC. De hecho, Hill veía este nuevo proyecto como una «mejor oportunidad» para hacer algo nuevo desde cero, y los jefes tenían la esperanza de poder lanzar el título en 2019 o 2020. Lo que, en resumidas cuentas, acabó con una aventura que podría haber reflejado en mayor medida los valores de Rocksteady como desarrolladora de videojuegos.