En nuestras primeras impresiones sobre el nuevo título de la famosa serie Civilization, ya hemos destacado algunos de los cambios más notables que trae esta nueva entrega. Civilization VII aborda varios problemas históricos del género, como la lentitud en las fases finales del juego, y sorprende con una nueva estética visual. Además, su rendimiento es sorprendentemente bueno incluso en equipos de juego más antiguos. Aunque es cierto que el juego alcanzará su máximo potencial a través de expansiones futuras, ya desde su lanzamiento ofrece una experiencia más completa de lo que estábamos acostumbrados en entregas anteriores, incluyendo elementos del último título de la saga. Sid Meier, fiel a su estilo, no se limitó a ofrecer una simple evolución de su predecesor. El equipo de desarrollo buscó darle a Civilization VII una personalidad propia, con innovaciones que responden a las críticas de los jugadores. En particular, las fases finales de los juegos anteriores, donde la jugabilidad se volvía pesada debido a la acumulación de edificaciones y unidades, se han visto mejoradas. Ahora, en lugar de sentirse estancado, el jugador experimenta una jugabilidad más fluida, especialmente gracias a una mecánica que reinicia la campaña cada vez que cambia la era histórica (de la Edad Antigua a la Edad de los Descubrimientos, y luego a la Edad Moderna).
Aunque se mantiene el mismo mapa (incluyendo las zonas que ya hayas explorado), las grandes ciudades se reducen a pequeñas poblaciones, y el número de tus unidades disminuye, lo que brinda la sensación de empezar de nuevo. Este enfoque ha sido bien recibido por los jugadores, ya que permite revivir la emoción del comienzo de la partida repetidamente, con mejoras progresivas en las unidades y opciones disponibles. Cada era trae consigo nuevas posibilidades: la Edad de los Descubrimientos abre la navegación por los océanos y la colonización, mientras que la Edad Moderna ofrece bonificaciones industriales. Además, cada período culmina en una crisis global escalonada, similar a las de Frostpunk, y una serie de eventos narrativos donde tus decisiones pueden otorgarte bonificaciones. Uno de los puntos clave de Civilization VII es la elección de una nueva nación al comenzar cada período histórico. Esto no solo cambia las unidades disponibles, sino que también agrega un toque de diversidad a la experiencia y refuerza la sensación de comenzar de nuevo. Sin embargo, algunos jugadores han señalado que esta elección se ve limitada por el período histórico y el líder seleccionado anteriormente. A pesar de esto, el sistema de desbloquear bonificaciones al jugar con diferentes líderes y naciones ofrece una motivación adicional para explorar múltiples campañas, en lugar de atenerse siempre a una sola facción favorita. Las mejoras en la jugabilidad también contribuyen a una experiencia más dinámica: por ejemplo, la desaparición de los trabajadores y la capacidad de los generales para mover unidades completas como un solo bloque reducen la necesidad de microgestión, permitiendo a los jugadores centrarse en aspectos estratégicos más importantes.
Además de las mejoras en la jugabilidad, Civilization VII destaca por su nuevo estilo visual. El mapa se presenta como un «diorama» estilizado con colores suaves, pero con muchos detalles que enriquecen la experiencia. Durante las interacciones diplomáticas, los líderes se muestran cara a cara, lo que hace que las conversaciones sean más inmersivas. El juego también ha sido optimizado para funcionar en consolas de generaciones anteriores y en la Nintendo Switch, y, sorprendentemente, la versión 4K/60fps corre muy bien en equipos más antiguos, como mi PC con i7-9700F, 16 GB de RAM y una RTX 2070 Super. A pesar de un ligero retraso al final de la campaña, el rendimiento general es excelente. Sin embargo, una de las críticas que se le puede hacer al juego es que las animaciones narrativas son bastante simples, y los eventos narrativos en la campaña se presentan solo en formato de texto.
