Acabamos de pasar por un periodo lleno de grandes lanzamientos, como ocurre puntualmente cada primer trimestre del año. A pesar de ello, queremos centrarnos en un título decididamente más de nicho, que sin embargo nos llamó la atención gracias a sus maravillosos diseños y su innovadora perspectiva de la aventura fantástica. El galardonado título debut del estudio independiente Orc Chop Games, Goblin Stone es un juego de rol inmersivo por turnos con elementos roguelike, donde los jugadores deben aprovechar todos los recursos a su disposición para garantizar la supervivencia de una pequeña tribu de duendes amenazados por implacables aventureros humanos que ponen sus propias vidas en riesgo. Supongamos que siempre he tenido una afición por los goblins, desde que jugué intensamente a Magic: The Gathering, con un mazo de goblins mono-rojo que me gustaba especialmente, a pesar de que su porcentaje de victorias no era precisamente emocionante. Desde entonces, aunque entiendo las razones detrás del desprecio hacia ellos, siempre he considerado que los goblins son una raza injustamente subestimada e incomprendida, a menudo tratada como meras «bolas de boxeo» para aventureros novatos, en lugar de una amenaza real.
En Goblin Stone, estas pequeñas criaturas comúnmente consideradas malvadas, finalmente obtienen el papel principal en una historia que los muestra bajo una luz diferente, más introspectiva y positiva, mientras trabajan para defender su tierra de aventureros depredadores y héroes falsos. La jugabilidad ofrece una mezcla de combate y gestión, mejorada por una narrativa inmersiva que es más lineal que la típica experiencia de juego roguelite. El ritmo del juego se basa en la organización de varias expediciones que funcionan de manera similar a Darkest Dungeon, aunque no hay ningún aspecto de preparación y cordura (por otro lado, el título tiene un tono decididamente más relajado). Lideras a tu adorable tropa a través de mazmorras diseñadas por procedimientos con caminos divergentes, reuniendo recursos, resolviendo eventos y derrotando enemigos. El combate sigue un sistema por turnos, pero se representa en tiempo real a través de un contador en la parte superior de la pantalla, que avanza constantemente a aliados y enemigos hacia el centro. Cuando llegan a la posición central, pueden pasar a la acción. Cada acción requiere un cierto coste de resistencia, lo que afecta al lugar en el que se reorganizan cuando vuelven a alinearse en el contador de acciones.
Comenzando con un par de duendes que han escapado de una masacre y están bien armados, nos abriremos camino por las calles con palos y cortes, convenciendo a más y más compatriotas para que se unan a la causa y luchen con nosotros. Cada duende pertenece a una clase única con habilidades distintivas. Inicialmente, la mayoría de nuestras tropas estarán formadas por «peones» (buenos para nada en esencia). Más adelante podremos hacer que nuestros soldados se especialicen en varias clases, entre estas se encuentran los Brujos, reconocidos por su maestría mágica; los Cazadores, muy hábiles en el arte de perseguir y emboscar; y los Guardias, cuya resistencia natural los convierte en efectivos defensores de primera línea. No quiero estropear las otras clases disponibles, pero ya muestra cómo Goblin Stone es capaz de ofrecer una profunda diversidad estratégica, obligando a los jugadores a equilibrar de manera experta las habilidades de sus goblins para superar obstáculos y oponentes.
Cada turno, los goblins pueden usar tres de las cuatro habilidades a su disposición, con estrategias de clase que van desde la curación y la defensa hasta ataques devastadores y ataques de área. Las posibilidades de sinergia son numerosas, tanto dentro de las clases como entre ellas: por ejemplo, puedes crear configuraciones rápidas centradas en golpes críticos para los asaltantes, o estrategias basadas en aturdir enemigos seguidos de ataques que infligen daño adicional a los afectados por ese estado. Dados los múltiples desafíos en diferentes áreas, cambiar de táctica es crucial y ofrece una variedad de juego extremadamente agradable. Aunque el juego de Orc Chops Games no es tan cruel como Darkest Dungeon, es probable que, al son de las peleas, algunos amigos verdes por el camino nos dejen la piel. Después de perder todos los HP una vez, un duende sufre una grave lesión que le hace perder la mitad de su salud, pero si el evento se repite, será el momento de despedirse de él para siempre. Las malas jugadas serán castigadas en Goblin Stone, así que cuida a tus amiguitos o te encontrarás luchando por progresar.
A pesar de esto, las muertes de los miembros de la tribu también serán cruciales para mejorar nuestro refugio, el componente de construcción de bases de Goblin Stone. De vuelta en la base, usarás tu botín para construir tu guarida. A partir de unas pequeñas habitaciones excavadas bajo tierra, pronto te encontrarás gestionando un verdadero laberinto de cámaras subterráneas y túneles que servirán para satisfacer todas las necesidades básicas de los duendes… incluso esos… Sí, bueno, ya entiendes la idea. De hecho, si puedes construir la sala principal, las salas de los gremios principales, almacenes de armas y suministros, no debes olvidar absolutamente la sala destinada al apareamiento, para permitir la reproducción de duendes y, por lo tanto, la continuación de tu dinastía. Por lo tanto, podrás dedicarte a la eugenesia de los duendes y a la cría de individuos con características y rasgos siempre nuevos, pero, por desgracia, mis queridos «pervertidos», no puedes mirar.
Si bien el resto de la construcción de la base no ofrece nada particularmente interesante, la gestión de la cría de goblins es un aspecto crucial de la estrategia de Goblin Stone. Cada goblin tiene tres estadísticas básicas: Mente, Cuerpo y Espíritu, que corresponden a las clases que pueden adoptar, además de poder acomodar hasta cuatro rasgos distintos. A lo largo del juego, puedes descubrir una amplia gama de rasgos, que van desde aquellos que aumentan las estadísticas, como Religioso o Mente abierta, hasta otros más complejos que afectan el comportamiento de los enemigos, empujándolos hacia el final de la línea de batalla.