Cuáles fueran los objetivos de Valve con el lanzamiento de Counter-Strike 2, la desarrolladora no los ha cumplido. El estreno de la nueva versión de su shooter táctico generó una ilusión que rápidamente fue sustituida por polémica. Durante las cuatro semanas que ya han pasado desde su lanzamiento, tanto el grueso de la comunidad como los jugadores profesionales han criticado de forma dura y frecuente los fallos de este nuevo título. Problemas, sobre todo, en el apartado técnico. La conexión no funciona al nivel esperado, hemos sufrido errores con las cajas de impacto de los personajes y cambios impopulares que eliminan funciones hasta ahora muy utilizadas. Un cúmulo de situaciones que ha tenido una consecuencia evidente: a lo largo de los últimos 30 días, el título ha perdido al 11,7% de sus usuarios (SteamCharts).
La comparación es tremendamente dolorosa. Counter-Strike: Global Offensive llegó a la fase final de su ciclo de vida en el mejor momento de su historia. Desde el pasado mes de marzo comenzó a aumentar su popularidad, llegando a batir en varias ocasiones su propio récord de jugadores simultáneos. Sin embargo, el estreno de CS2 no sirvió para mantener la inercia positiva. Uno hubiera esperado que el juego marcase sus mejores registros, convenciendo a los veteranos y atrayendo a nuevos usuarios que vieran una oportunidad de comenzar de cero. Especialmente, ahora que el contexto es más favorable que nunca para los shooters de corte táctico. Esta claro que Valorant o Rainbow Six: Siege compiten con el título de Valve. Sin embargo, también han creado una comunidad de jugadores potencialmente interesados en más títulos del género.
La realidad nos dice que ese no ha sido el caso o, al menos, no en la suficiente medida. Se acusa a los desarrolladores de llevar a cabo el lanzamiento de forma precipitada y, si tenemos que posicionarnos, la queja está justificada. Counter-Strike 2 tiene muchos buenos detalles y cambios positivos en aspectos como la gestión de armamento, la introducción de opciones amistosas para los novatos o el lavado de cara de Premier. Sin embargo, falla en ciertos aspectos básicos a la hora de jugar partidas. No es ni mucho menos imposible de disfrutar, pero estos lastres se unen a una marcada falta de contenido para dar lugar a un conjunto que se siente mucho menos redondo que el de Global Offensive. Todo sea dicho, tampoco debemos alarmarnos por la pérdida de jugadores. Aunque es un síntoma evidente de desgaste, la situación tiene margen para solucionarse, pues el juego todavía es «top 1» de Steam.
Valve no ha fallado en todo. Uno de los motivos por los que Counter-Strike 2 se ha estrenado es, simplemente, porque había que estrenarlo. Apenas una semana con el juego abierto para todos era suficiente para acumular más ‘feedback’ que en todo el periodo de beta previo. En este sentido, trabajar en las mejoras resulta mucho más sencillo. La compañía ha hecho la misma jugada en varias ocasiones. Global Offensive provocó las mismas quejas, también dando lugar a predicciones catastrofistas sobre cómo la franquicia Counter-Strike había muerto para siempre. Sin embargo, un tiempo después de su estreno ya era la versión favorita de los jugadores con permiso de la mitificada 1.6.
Si tuviera que apostar, diría que Valve está a punto de recorrer ese mismo camino. La compañía ya ha empezado a hacerlo con actualizaciones constantes y, aunque ha tropezado un par de veces con estas ‘updates’, parece comprometida a corregirlo todo. Pese a ello, es una pena. Counter-Strike jamás había tenido una oportunidad como esta para ampliar su comunidad y la ha desperdiciado. Los jugadores tampoco se habían visto en una igual en lo referido a ilusión y están razonablemente decepcionados. Ahora toca esperar a ver cómo se desarrolla la que promete convertirse en una interesante carrera de fondo.