Brothers: A Tale Of Two Sons, para aquellos que no lo saben, fue el primer experimento de Fares en el juego cooperativo. El jugador, a través de los dos sticks analógicos y los dos gatillos del mando, puede mover de forma independiente a los dos hermanos protagonistas de la historia. El hermano más grande es más robusto y puede realizar operaciones donde se requiere mayor fuerza; El hermano menor, en cambio, es más ágil y pequeño, dos características que le permiten manejar aquellas situaciones en las que es necesario deslizarse por alguna abertura estrecha.
Obviamente, controlar a dos personajes con el mismo mando requerirá cierta independencia mental, similar a la de un baterista que tiene que manejar diferentes ritmos con brazos y piernas, pero esta es precisamente una de las mayores fortalezas de Brothers: A Tale Of Two Sons, a saber, la capacidad de proponer una jugabilidad tan sencilla como cautivadora y que, Casi once años después, ha resistido plenamente la prueba del tiempo.
Obviamente, puedes compartir el viaje de los dos hermanos junto con un amigo en el modo multijugador local, aunque falta la peculiaridad de controlar solo a dos personajes, sacando a relucir las excelentes soluciones de diseño de niveles de las que está tachonada la breve aventura que ofrece Brothers. Ah, sí, porque Brothers: A Tale Of Two Sons dura tres horas. Nada más y nada menos, pero gracias a su compacidad, la historia consigue ser contada de una manera casi perfecta, sin tiempos muertos ni momentos excesivamente largos.
Por otro lado, se trata de una producción que, aunque se ha hecho muy famosa en los últimos once años, nació como un título indie que forma parte del catálogo de Xbox Live Arcade. La trama de Brothers: A Tale Of Two Sons en concreto, dos hermanos que recorren un doloroso viaje en busca de medicinas para su padre enfermo. Aquí entramos en una situación un tanto paradójica en la que el original no es muy diferente del remake y, por lo tanto, revisar la parte de la historia es básicamente redundante. Del mismo modo, después de una década de existencia del juego, evitar los spoilers también es el caso, pero si nunca has tenido la oportunidad de vagar por este mundo evitare dar más detalles.
Por último, en el sector técnico, no hay casi nada que quejar del trabajo realizado por Avantgarden, que se manifiesta, claramente, a través de la atención prestada al diseño de los personajes, que ahora muestran un realismo superior y un tono menos caricaturizado que la iteración anterior. Una parte importante del trabajo de restauración llevado a cabo por los desarrolladores se ha centrado en la reelaboración de las cinemáticas, que muestran una apuesta considerable por revisar los planos y proponer soluciones visuales más adecuadas para transmitir la considerable carga emocional que impregna la historia de Brothers: A Tale Of Two Sons. Sin duda, hay que hacer una mención honorífica para el renovado sector de la iluminación, que consigue que cada escenario del juego sea más vibrante y vivo, devolviendo vistas increíblemente sugerentes.
Queriendo señalar un fallo en el remake de Brothers: A Tale Of Two Sons, se puede decir que esta versión final del juego no es muy limpia y a menudo se encuentra con algunos pequeños errores y un poco de suciedad en el lado gráfico. Nada incapacitante o que afecte a la belleza del producto, pero, sin duda, es un aspecto a tener en cuenta a la espera del inevitable parche que corrija estos defectos.