En esta colección, tomamos el control de Miles Edgeworth, el fiscal que ya se había enfrentado en varias ocasiones a Phoenix Wright. Al principio, es un personaje frío y calculador, pero si las aventuras de Phoenix lo fueron humanizando poco a poco, esta recopilación lo lleva a un nuevo nivel. Nos permite conocer a Edgeworth en mayor profundidad, mostrándonos su lado más humano y complejo. A lo largo de los dos juegos, comenzamos a apreciarlo e incluso a encariñarnos con él, aunque sus métodos y su búsqueda de la verdad nos hacen cuestionar su papel como fiscal. Pero no está solo en su travesía, siempre lo acompaña el torpe, pero entrañable inspector Dick, quien, a pesar de sus errores, resulta ser clave en más de una ocasión. También aparece Franziska von Karma, la hija del mentor de Edgeworth, con quien mantiene una relación marcada por la competencia, pero también por un profundo respeto.
Al igual que Phoenix tuvo a Maya Fey, Benjamin encuentra en Kay Faraday una compañera indispensable. Su relación evoluciona durante las investigaciones, hasta volverse crucial para el desarrollo del personaje. Sin embargo, no desvelaremos las aventuras que vivirán juntos ni lo que fortalecerá su vínculo, solo podemos decir que es un viaje que disfrutamos mucho. Además del trío protagonista, este recopilatorio trae de vuelta a personajes ya conocidos de la serie (mejor dejamos algunas sorpresas) y nos presenta caras nuevas con un diseño carismático que mantiene el toque de humor característico de la saga. Estos elementos se contraponen a la seriedad del contexto: los casos de asesinato. En cuanto a la trama, los primeros episodios nos mantienen expectantes, pero los giros y revelaciones de los capítulos posteriores nos dejaron sin aliento. Aunque los casos parecen no estar conectados al principio, al llegar al desenlace nos damos cuenta de que son parte de un engranaje mayor. Con flashbacks, revelaciones inesperadas y momentos de tensión, la narrativa está impecablemente estructurada, haciendo que no puedas parar de jugar. Lamentamos, eso sí, la ausencia de las emblemáticas secuencias judiciales, donde la tensión se acumulaba hasta el veredicto, solo para ser cambiada por un giro sorprendente ante un jurado atónito y una banda sonora electrizante.
El juego también nos presenta novedades jugables, aunque no tantas como nos habría gustado. Ahora podemos mover a Edgeworth directamente en lugar de usar un cursor, lo que le da más dinamismo a la exploración. Sin embargo, no es posible avanzar la historia hasta que se hayan encontrado todas las pistas o se hayan agotado todas las conversaciones, lo que puede ralentizar un poco el ritmo. Una de las características destacadas es la posibilidad de alternar entre los gráficos originales y los remasterizados en HD, aunque este cambio no se puede hacer en tiempo real, sino desde el menú principal. Además, volvemos a encontrarnos con mecánicas clásicas de la serie, como la presentación de pruebas a los personajes y el análisis de objetos en 3D, aunque algunas de ellas parecen más relegadas en esta ocasión.
Una nueva adición son las deducciones lógicas; Edgeworth recoge tanto pruebas físicas como declaraciones clave, y nos toca a nosotros combinarlas para avanzar en la investigación. Aunque es una mecánica interesante, a veces resulta demasiado sencilla. Otras mecánicas familiares como el test, la búsqueda de huellas dactilares y el análisis de vídeo también están presentes, aportando variedad a las investigaciones. Por otro lado, Kay introduce una herramienta innovadora que permite recrear escenas del pasado en forma de holograma y señalar las contradicciones presentes en ellas. En el segundo episodio, aparece una nueva mecánica: el tablero de ajedrez mental. Aquí, Edgeworth debe encontrar las preguntas adecuadas para desarmar a su oponente, observando sus gestos y reacciones. Todo esto está cronometrado, y un error puede costarnos vida, lo que añade tensión a la investigación.
Finalmente, los interrogatorios, aunque no ocurren en los tribunales, siguen siendo fundamentales. Nos permiten atacar las declaraciones de los testigos y presentar pruebas que contradigan sus testimonios. Estos momentos siguen siendo un deleite, especialmente por las expresiones de los testigos cuando quedan acorralados y por la música épica que acompaña el enfrentamiento. Hablando de música, la colección incluye un museo donde podemos disfrutar de todas las pistas de audio, ilustraciones, modelos de personajes y arte conceptual, lo que seguro será un regalo para los fans de la serie.
La recopilación de las aventuras de Miles Edgeworth no solo cumple con nuestras expectativas, sino que las supera. La narrativa, llena de sorpresas y conexiones entre casos, está perfectamente hilada. El humor y carisma de los personajes se mantienen, permitiéndonos conocer y querer a un Edgeworth más humano. Aunque echamos de menos las intensas secuencias en la corte, las nuevas mecánicas logran mantener el interés. Esperamos con ansias un nuevo capítulo en esta saga que sigue evolucionando.
