Saviorless Review

El concepto de «salvador de la patria» ha sido un estigma presente en la cultura latinoamericana desde tiempos inmemoriales. Es la convicción que recae en un individuo la tarea de corregir las injusticias y conducir al pueblo a tiempos de gloria. Invariablemente, tales figuras terminan siendo corrompidas ya sea por el poder o por sus propias fallas mundanas. Lo que nos lleva a Saviorless. Con extrema sutileza, envueltos en poesía y metáforas, el dúo Josuhe Pagliery y David Daria, quienes forman la desarrolladora cubana Empty Head Games, logran señalar el error de este concepto. Se trata de una fábula sangrienta, un espectáculo multimedia que invita al jugador a explorar cómo una isla que se suponía paradisíaca acabó convirtiéndose en una pesadilla brutal, impulsada por buenas intenciones. Al principio, Saviorless nos pone en la piel de Antar. Es un joven delgado e idealista, que busca llegar a las míticas Islas Sonrientes para convertirse en Salvador. Nadie ha llegado a este archipiélago. Curiosamente, el desarrollador utiliza la imagen de la pintura «Die Toteninsel» («Isla de los Muertos») en su obra de arte promocional y en el fondo de la pantalla del menú. La misma obra de arte ocupa una posición central en Signalis, pero aquí funciona como un presagio ominoso de que el objetivo de Antar no iba a ser alcanzado. Signos de horrores indescriptibles marcan su viaje, pero Antar insiste, actuando como si estuviera predestinado.

Antar no está lejos de la verdad. Él no lo sabe, pero el juego se sumerge en el metalenguaje para presentarnos a los narradores. Son entidades fuera del flujo normal del tiempo que están empeñadas en contar la historia de la odisea de Antar. Sin embargo, no se espera que Antar llegue al final de su viaje. Tu destino es inspirar por tu determinación, no necesariamente por tu éxito. Desafortunadamente, debido a un fracaso de los narradores, otro protagonista, el cazador Nento, llega a las Islas Sonrientes y se convierte en un Salvador. Es en este punto que la narración se condena a sí misma: un Salvador no debería existir. Nento toma el poder, impone reglas, busca controlar lo incontrolable y termina sumiendo a la isla en una pesadilla sin fin, donde reina la violencia y el fanatismo toma forma. Ahora, Antar debe convertirse en otro Salvador si quiere completar esta historia y volver a poner todo en su lugar. Pero, ¿no es todo esto solo la repetición de un ciclo? ¿No estaba equivocada la idea del salvador desde el principio? Si la historia parece vaga e incomprensible, ese es uno de los méritos de Saviorless. Nada se entrega de forma sencilla. A veces es una fábula, a veces es una metáfora, a veces es explícito, a veces es un enigma, a veces es simple, a veces es un chorro de sangre, tripas y desesperación. Empty Head Games clasifica su trabajo como una mezcla entre GRIS y Blasphemous y creo que no podrían estar más en lo cierto. Tenemos los majestuosos decorados dibujados a mano de la primera fusionándose con las cámaras de terror primigenias de la segunda.

Sin embargo, cuando llega el momento de traducir la atmósfera de la trama en jugabilidad, la mano se vuelve pesada a la línea Blasphemous. Hay momentos en los que el jugador simplemente contemplará la belleza de sus paisajes, pero esto solo será un breve respiro antes de enfrentarse a otro desafío que puede culminar en una muerte horrenda. Saviorless es desafiante en su plataforma, pero no injusto. El mayor problema con los desafíos es a menudo identificar lo que se debe hacer para no morir, ya que el mundo tiene una lógica propia. Una vez identificada la solución, ir tras ella no es algo que requiera saltos milimétricos ni la coordinación motriz de un ninja. Excepto cuando el juego lo pide. Es en esos raros puntos donde la frustración realmente puede golpear. La mecánica no va a contrapelo de la propuesta. El mundo de Saviorless es un mundo hermoso, pero un mundo hermoso arrastrado a la peor clase de barbarie, la que se comete en aras de un hipotético «bien mayor» anhelado por un salvador. Es evidente que el camino de Antar estará marcado por el dolor y el sufrimiento, un oscuro bautismo en lo que él creía puro y verdadero. En su estado previo al lanzamiento, Saviorless sufre algunos problemas técnicos menores. Otro defecto, este más preocupante, está relacionado con la personalización de las teclas.

Saviorless es otro de esos juegos que me insiste en que es mejor jugarlo con un mando y uno más que he podido jugar con un teclado. Sin embargo, mi preferencia clave por un personaje en particular no se guardó entre sesiones, lo que me costó algunas muertes innecesarias. Saviorless es una obra de arte con múltiples capas de interpretación, cultural y política, que tardó ocho años en completarse. Es el primer juego cubano que pasa por mis manos y una magnífica tarjeta de presentación del potencial de estas islas sonrientes.

VEREDICTO
Saviorless es otro de esos juegos que me insiste en que es mejor jugarlo con un mando y uno más que he podido jugar con un teclado. Sin embargo, mi preferencia clave por un personaje en particular no se guardó entre sesiones, lo que me costó algunas muertes innecesarias. Saviorless es una obra de arte con múltiples capas de interpretación, cultural y política, que tardó ocho años en completarse. Es el primer juego cubano que pasa por mis manos y una magnífica tarjeta de presentación del potencial de estas islas sonrientes.
8
BUY